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El suelo puede considerarse como un siste-ma viviente compuesto por múltiples entes que:

  • respiran (consumo de oxígeno y liberación de anhídrido carbónico);
  • degradan y descomponen las moléculas complejas como los carbohidratos (celulosa), proteínas, grasas, etc;
  • desarrollan múltiples funciones metabólicas;
  • emiten calor durante la descomposición de las sustancias orgánicas.

suolo-

La fertilidad del suelo está condicionada por todos aquellos factores ambientales, físicos y químicos, relacionados con la nutrición de las plantas; está íntimamente asociada con la su-stancia orgánica del suelo a través de la activi-dad biológica de los microorganismos.

El nivel de los microorganismos en el suelo y la inten-sidad de sus actividades dependen de la pre-sencia de las sustancias orgánicas y están muy influenciadas por las condiciones del sistema: terreno-planta-ambiente..

Las diversas formas de la fertilidad del suelo (física, química y biológica) están vinculadas entre sí mediante un equilibrio dinámico, muy condicionado por la cantidad y la calidad de la sustancia orgánica natural y/o de aportes. Las condiciones que regulan la intensidad de los estados vegetativos de los cultivos son las mismas que regulan la cesión de la “gelatina hidrolizada para uso agrícola” producida por ILSA.

Los procesos de oxidación de las matrices orgánicas nitrogenadas que se producen en el ter-reno son:

  1. MINERALIZACIÓN: glos organismos descom-ponedores (como lombrices, termitas, caraco-les, babosas, bacterias y hongos) convierten el nitrógeno orgánico de las matrices en nitróg-eno inorgánico (amoníaco y sus sales NH4 + R);
  2. NITRIFICACIÓNE: conversión del amoníaco en nitritos y nitratos a cargo de las bacterias nitrificantes;

El carbono es la parte esencial de la vida so-bre la tierra y cumple un rol importante en la estructura bioquímica y en la nutrición de to-das las células vivientes.

Para reproducirse y funcionar adecuadamente un organismo tiene que tener carbono para la síntesis de nueva materia celular.

Dos de las fuentes más comunes de carbono celular para los microorganismos son el Anhídrido carbónico CO2 y el Carbono Orgánico.